sábado, 24 de abril de 2010

Día 40 Azilal

Día 40 Azilal

Al despertarme me planteo si dar la vuelta sin alforjas y no es la cabeza la que me responde. Son mis piernas. No están demasiado cargadas, creí que las tendría peor, pero me han dicho que prefieren descansar. Así que las hago caso. Hoy me quedaré por aquí. Sin bici y sin prisas.

Salvo un par de cosillas el día no tiene mucho que comentar. Por la mañana desayuno pausado de mas de una hora de charla con Mirella que al final no se ha ido. Lo hará mañana y hoy saldrá con la bici por la zona. Luego un rato al ciber, un rato al hotel a visitar al “señor roca”, un paseo por el pueblo, un te a la menta, otra vez al ciber que sigue sin funcionar bien. Vamos que sin hacer nada en concreto el día va pasando.
Me subo a la azotea del hotel y “robo” varias fotos de los pintorescos transeúntes.
Ya me entra el hambre y ceno en un sitio viendo un partido del atlético de Madrid. ¿Será posible que me esté aficionando al fútbol?. Este cambio no lo pensaba adquirir en este viaje.

De vuelta al hotel me reencuentro con mi compañera de habitación que tiene todo recogido y listo. Mañana a las 4:30 de la mañana sale su autobús a Casablanca. ¡Que madrugón!

Día 39 Beni Mellal – Azilal

Día 39 Beni Mellal – Azilal

He tratado de levantarme pronto, pero no ha sido posible. He perreado en la cama.
El momentazo del desayuno también ha sido fantástico. En una esquina veo un gentío y olía que alimenta. Me acerco y observo un local a tope. Me recordó a la pastelería la Menorquina que está en la esquina de la Puerta del Sol de Madrid. Se trata de un proceso que comienza con la petición de una torta a una chica que las hace delante tuya, con la torta quemando se la das a otra chica que te la rellena de nocilla, miel, mermelada... y otra te da el café. Todo ese movimiento es continuo. Me como mi torta con mi café. Soy consciente de que soy un extraterrestre en este sitio y me siento observado, pero la torta estaba de buena.

La tripa llena, dos plátanos, una naranja y fruto secos en la alforja. Inicio el recorrido. Carretera plana al comienzo. Llaneo que dura 20 km hasta llegar a Afourer. Allí comienza una impresionante ascensión que me transportará de los 450m de altura hasta los 1600m en cuestión de 10km.  ¡Madre mía!, ¡que rampas!. Me lo tomo con paciencia, mucho ánimo y el desarrollo corto para no sobrecargar en exceso las piernas. 
Al tran tran gano altura con rapidez. Hace calor y estoy sudando un montón, espero llevar agua suficiente. Cuando llevo una hora de ascensión me tomo los dos plátanos y sigo con mi ritmillo lento pero constante. 
Los camiones tardan un montón en pasarme. Yo subo a 6km/h y ellos no deben pasar a mas de 20km/h así que desde que le oigo hasta que se aleja con su pestoso humo pasa un rato atronador e interminable.
Sigo con la mirada a los coches serpenteando en la ladera y veo por donde tendré que pasar yo con mi bicicleta cargada como una mula. Me parece un poco irreal el recorrido de la carretera. Si los camiones han pasado y también podré.

Por fin ya veo la luz. Voy bien de físico, pero empezaba a estar hasta las pelotas.
Ahora toca un descenso igual de sinuoso pero por la otra cara de la montaña. Decido que cuando llegue a Bin el Ouidane daré por concluida la jornada de hoy y dejaré para mañana los 1000 metros de desnivel que me separan de Azilal. Ya llevo 60km, 1200 metros de desnivel positivo y son las 17:00.
¡Sorpresa!. Lo que yo pensaba que sería un pueblo junto un lago fantástico resulta que no es mas que unas tiendecitas y un café junto al muro de la presa y un destacamento militar que supongo protege la presa.
No estoy muy petado, pero es tarde. Decido comer algo con una coca cola y vuelvo a la segunda parte de la jornada. Esta vez parto de los 900m hasta llegar a los 1600. Es algo mas tendido que la otra subida, pero las piernas con 65km en lo alto ya empiezan a flojear. Llego arriba a casi a las 20:00. Hace frío y voy cansado. Quedan 11km de rompepiernas hasta Azilal.

Ya en el pueblo pregunto en tres hoteles y están todo completos. ¡No me jodas!. Cuando me encaminaba hacia el cuarto hotel alguien me saluda.
¡Es Mirella!. 
Está sola en una habitación doble y me propone compartirla. Acepto gustoso.
Después de estirar y de ducharme nos vamos a cenar. Charlamos sobre el incidente y de sus motivos  por los que se fue. Motivos que veo lógicos y coherentes.
Ella mañana ya tiene previsto volver en autobús aunque me propone dar mañana una vuelta sin alforjas. De momento he tenido hoy bici para aburrir. A ver como asimilo el descanso esta noche y mañana ya veremos.

De vuelta en el hotel charlamos de mil cosas y de ninguna hasta que se me cerraban los ojos. Mañana mas. Quizá me lo tome de descanso total.

Día 38 Kasba Tadla – Beni Mellal

Día 38 Kasba Tadla – Beni Mellal

He dormido mal. La cama una mierda y unos mosquitos me han hecho la puñeta. Saturado de la habitación cutre recojo rápido y me voy a buscar algo para desayunar.













Este es uno de los mejores momentos del día. No tengo prisa por partir por que hoy solo quiero recorrer los 30 km que me separan de Beni Mellal. Así que me siento con el desayuno en un café y me paso mas de una hora observando el gentío en su devenir mañanero. Es una afición que tengo desde hace tiempo. Me gusta observar a la gente e imaginar que hacen a donde van y como son sus vidas. Es algo muy divertido. ¿Verdad Fani?.

La carretera es una continuación de la que llevaba ayer y por tanto recorro los 30 km planos en una hora y media. Con sus paradas para hacer fotos de la gente y de los paisajes.







Ya en Beni Mellal me pongo a dar vueltas por el pueblo. Es grande. Debe de ser un día festivo por que todo el mundo ha colgado una bandera de marruecos de los balcones y hay banderolas a lo largo de las calles. Es también día de mercado y la verdad es que todo es un poco caótico. Dudo si seguir o no, pero en un reloj veo 37ºC y digo que por hoy ya está bien. Busco un hotel con wifi y me paso la tarde trasteando en internet. 
Me he puesto una radio española para ver que tal está mi país. Siguen como siempre, con el caso Gurtel, el juez Garzón y los rollos de los políticos de siempre. Es curioso lo superficial que me resulta estando aquí y la importancía que le doy cuando estoy en casa.  Creo que eso será uno de los cambios que experimentaré en mi personalidad a la vuelta del viaje.
Me he conectado con Fani por Skype. El netbook que llevo tiene cámara y me ha podido ver. Yo a ella no. Lástima. Pasamos mas de una hora charlando. Le cuento mis dudas sobre que plan trazar. Aun no lo tengo claro. Sigo con mi idea de tirar hacia Marrakech. Aunque mañana me desviaré de la carretera principal para ir hacia Azilal. Al parecer es un sitio con ambiente montañero. Ya veremos.

Me  voy a cenar a un garito donde están poniendo el partido del Barça en la champion. Normalmente paso de estos eventos, pero aquí la cosa tiene otro cariz. El ambiente en el bar es la leche y la emoción con la que ven los partidos es contagiosa.

Después del partido y la cena me voy a dormir.
Ha sido un día tranquilo en lo deportivo. Muy relajado y tranquilo en lo mental. He estado a gusto con mi soledad. 
Marrakech es le plazo que me he puesto para decidir. Como otras veces en mi vida me he puesto ese tope para decidir. Si en ese periodo no me surge la inspiración o las ganas empezaré a volver hacia casa, quizá tramos a pedales y tramos en autobús.

Día 37 Khenifra – Kasba Tadla

Día 37 Khenifra – Kasba Tadla

Me despierto sin prisa y recojo tranquilamente. Salgo con los bártulos y me voy a desayunar a una pastelería que vi anoche con muy buena pinta. Solo hay mujeres. Me miran extrañadas. Hasta tal punto que dudo si será un local solo para féminas. 

He decidido que voy a tirar por la carretera principal hacia Kasba Tadla. En la guía y en el mapa figuran como carretera bonita. Resulta tener mucha vida. Infinidad de personas en sus margenes se desplazan de acá para allá en sus burros, sus bicicletas, sus carromatos. 
Llevo el teleobjetivo "enchufao" a la cámara y me entretengo en hacer fotos. Algo que no había hecho bien desde que salimos de Madrid. En ocasiones espero varios minutos hasta que un motivo se coloca en el punto que quiero para disparar y esa espera acompañado es mas difícil.

A pesar de que hace calor y de que la carretera es un continuo sube y baja, disfruto un montón. Una parada a la sombra para tomar una coca cola y afronto la ligera subida que una vez superada el resto del recorrido será de bajada. 
Todo el tiempo se ven a lo lejos gente cultivando y trabajando la tierra. A mi izquierda, en un segundo plano tengo las montañas del atlas que poco a poco voy bajando y a mi derecha, se empiezan a abrir enormes extensiones de campos que al principio son lomas y lomas y después se convierte en una llanura infinita del estilo a la Mancha española, pero de regadío.

Llego a Ech Cheikh un pueblecito muy concurrido y donde me tomo mi segundo refrigerio del día un té. Se sienta a mi lado una especie de Dani deVito al estilo marroquí que me cuenta como es la carretera hasta Beni Mellal. Da muchas voces y confunde el idioma español con italiano, imaginad el caos.

Me quedan los 30 km en bajada y llanos para llegar a Kasba Tadla.
Me sorprendo que después de 70 km pueda mantener en el llano una velocidad de 28, 30 km/h sin fatigarme ni notar síntomas de sobre esfuerzo. Ya casi llevo 2000 km y se nota en el estado de forma.

En Kasba Tadla no hay mucho donde elegir. Hoteles caros y un par de tugurios. Me meto en el mejor de los tugurios.  El hotel Allies. Es un hotel cochambroso sin duchas ni baños europeos, pero es que el otro era aun peor.

La cena si me sale bien. Ceno una especia de albóndigas de cordero muy especiadas, 
patatas fritas, ensalada y arroz con mucho pan. 

Me vuelvo al hotel a descansar. Ha sido mi primer día completo solo por el momento muy positivo. Sigo con las dudas de hacia donde tirar. Ideas de las mas variadas surgen en mi cabeza y la verdad es que salvo el llegar a Marrakech el resto es incógnita.

Día 36 Ain Leuh – Khenifra

Día 36 Ain Leuh – Khenifra

He dormido de vicio. Recogemos sin prisa y bajamos a desayunar. El desayuno ya casi es una tradición. Café con leche y pan tostado o bien con miel o huevos o mantequilla. Muy rico en todas sus variantes.

Ya sobre la bici, comenzamos la jornada. Los primeros km serán coincidentes, así que los tres rodamos juntos. No me ha quedado muy claro el destino para hoy de Raymon y Elena, pero el mio es Khenifra y está muy lejos. En las primeras rampas me adelanto, si quiero llegar de día tengo que apretar un poco el ritmo. Les espero bajo un espectacular cedro y me despido de ellos. Repaso un poco mis motivos de la separación y nos despedimos Raymon y yo con un fuerte y emotivo abrazo. Han sido unos días inolvidables y mágicos, pero creo que toca pasar página.

Entre la emoción, la pena y los nervios de la despedida le meto un arreón a la bici e inconscientemente me pongo a todo lo que doy durante  4 o 5 km. Voy triste, confuso, tengo que trazar un nuevo plan. No me apetece ir a Dakar, tampoco quiero volver ya a Madrid. Muchas ideas se me cruzan en la cabeza, ninguna clara. Solo se que las decisiones no se pueden tomar ahora. De momento mi destino es Khenifra y aun está muy lejos. El día está frío y amenaza lluvia.

Ya mas relajado comienzo a disfrutar de la nueva sensación. El paraje es grandioso, estoy metido en las estribaciones del Medio Atlas y rodeado de enormes cedros centenarios. La carretera es buena, solitaria y empinada. La voy recorriendo ligero, sin prisa, paro a hacer fotos, comer, mas fotos. Eso si, el pedaleo es mas intenso que cuando íbamos los tres. Estos tramos los disfruto mucho. Ya estoy mas relajado.

En una rampa en la que subía a 8 km/h aparecen unos niños de unos 10 años como todos los niños que me encuentro en el camino me piden un bolígrafo, un bombón, un euro. Les digo que no y uno de ellos se agarra a la bolsa de manilla y casi me tira. Le doy un manotazo para que suelte la bolsa y se pone a chillar. Aprieto un poco la pedalada y comienza a caerme una lluvia de pedruscos que me pasan rozando la cabeza con una fuerza sorprendente. Los cabrones corren detrás de mi lanzando piedras, hasta que una me pega en todo el omóplato y otra en los riñones. Me dan ganas de pararme y de inflarlos a palos, pero continuo subiendo el rampón a todo lo que doy apretando los dientes por el dolor y el esfuerzo. Ellos, ya mas lejos siguen lanzando piedras.
Me da asco, quien o que coño les ha metido en la cabeza a estos niños que los extranjeros somos una caja que va repartiendo euros. Sospecho que los niños no pedirían nada si supieran que no hay nada. Pero seguro que algún capullo va por esos montes y aldeas dando euros y caramelos a los niños como si eso les hiciera mas felices o y lo único que generan es esta especie de frustración y de rabia al extranjero que no da nada.
No me veo la espalda, pero no parece serio, así que continuo mi pedaleo en un continuo sube y baja que poco a poco me acerca a mi destino. Hace un frío de pelotas que me impide disfrutar del todo del bajadón hacia Khenifra.

Un enorme abrazo a un enorme arbol

Entro en la población en busca de hoteles y en seguida veo uno con buena pinta. El ir solo encarece en un euro por noche la habitación, pero que le vamos a hacer. Ducha tremenda, paseo por el pueblo en busca de cena. Mientras ceno veo el partido en la tele y a dormir que estoy un poco machacao.

Día 35 Azrou – Ain Leuh

Día 35 Azrou – Ain Leuh

Nos hemos levantado con sensación de obligación. Ayer nos acostamos tarde y la verdad es que tengo ganas de perrear un poco. Pero hemos quedado con la nueva incorporación. Así que a las 8:30 en pié.

Desayunamos un buen bocata de huevos revueltos con café. Al salir del hotel con la bici, ya está Mirella esperando. Hacemos una pequeña puesta en común. Tiene otra opinión diferente a la de anoche. Ha debido reflexionar esta noche y ahora es mas tajante en sus condiciones. Lo veo normal, por que nosotros no tenemos prisa, pero ella tiene que estar de vuelta en casa el día 21. Decidimos hacer hoy la etapa hasta Khenifra y ver que tal nos llevamos.

Llueve un poco y hace frío, pero comenzamos a pedalear. Nada mas salir del pueblo Mirella se pone a toda leche y en menos de 2 km la hemos perdido. ¿Esperará en Ain Leuh?. Yo opino que ha visto la situación y ha salido escopeteada para no decir adiós.

La lluvia se intensifica y nos guarecemos bajo una casa al borde del camino. El plan de Raymon ya no es ir hasta Khenifra, es hacer los 30 km hasta Ain Leuh y si no está Mirella quedarse en el pueblo.

Yo llevaba varios días (desde Fez) pensando en abandonar el proyecto y continuar solo alguna semana mas.  Aplacé la decisión a la espera del encuentro con esta persona, pero ahora que los viajes de ella y de nosotros a priori parecen incompatibles no tengo ya por que esperar mas.

Llegamos a Ain Leuh, es tarde y llueve. Mirella no está. Y tomando un café les comento que tengo la intención de continuar solo. Hoy me quedaré con ellos en el hotel, pero mañana saldré hacia Khenifra solo. 

Les parece bien mi decisión y pasamos la tarde de descanso, charlando comiendo, escribiendo... Lo normal.

Mañana Raymon y su chica continuarán hacia una parte del Atlas que ya conozco de otro viaje y que no me apetece volver a visitar. Yo tiraré hacia Marrakech por la vertiente norte de esta inmensa cordillera que me parece mas interesante.

martes, 20 de abril de 2010

Día 34 Fes – Azrou

Día 34 Fes – Azrou

Nos hemos levantado con el despertador. Queremos llegar a Azrou donde nos espera Mirella. La distancia a recorrer hoy supera los 90km.

Para coger la carretera de Azrou tenemos que cruzar toda la ciudad nueva. Es una ciudad del estilo europeo, pero llena de marroquíes con su peculiar estilo de conducir. Lo que suponíamos un mero trámite nos cuesta mas de una hora. Nos tomamos un café con bollos en una terraza como las de la gran vía madrileña, sacamos dinero y a pelear con el pestoso tráfico hasta que nos alejamos unos km de Fes.

La carretera es un falso llano que poco a poco va ascendiendo y nos va internando el monte. Un par de paradas para poner en orden las vejigas y los intestinos y seguimos subiendo.

El caluroso y soleado día que teníamos a la salida de Fes se ha tornado en frío y lluvioso. Nos cae un aguacero tremendo, pero por suerte minutos antes hemos llegado a Imouzzer Kandar a 1300m de altura y nos hemos parado a tomar un té con frutos secos.
Esperamos a que escampe. Aunque esto pone en peligro el plan de llegar hoy a Azrou. Nos quedan aun 50kms.

La carretera sigue subiendo, poco a poco nos plantamos en los 1800m. Hace un frío de pelotas. Y el sol está ya muy bajo en el horizonte. 
Por fin llegamos a Ifrane. Es increíble. Es como si nos hubieran teletrasportado a el valle de Aran en  el pirineo. Tejados de pico. Aspecto alpino... Todo muy limpio y ordenado. Esta población es uno de  los destinos de la jet set marroquí cuando quieren practicar deportes de invierno en la estación de esquí cercana.

Ya sin sol recorremos los 17 km hasta Azrou a todo trapo. Menos mal que es cuesta abajo. Entramos en el pueblo a 60 km/h tiritando a lo bestia. Llegamos por fin a la plaza de Mohamed punto de encuentro de nuestra cita.

Cenamos con Mirella para conocernos mejor. Mañana comenzará otra etapa de nuestro viaje.

Día 33 Fes.

Día 33 Fes.

He aprovechado que las habitaciones son separadas para remolonear en la cama. La peli acabo tarde  y hoy no hay que hacer nada mas que descansar. 
No me apetece irme con mis compis a ver la medina. Ya me daré yo una vuelta a mi manera para comer algo.
Ellos se han ido a hacer turismo por la ciudad. Yo me quedo muy tranquilo en el hotel lavando ropa y escuchando la radio enlatada que me he traído en el mp3. 

A las 15:30 me conecto con Fani por Internet desde el cibercafé. La cuanto que tengo una crisis de morriña y que los estilos de viaje entre nosotros a veces chocan. Estoy un poco desanimado. Se que es muy importante no tomar decisiones en momento de bajón. La charla con ella me servido para desahogarme. Me voy a comer algo que con la tripa llena siempre se ve la vida de otro color.
Como en otro chiringuito de la medina. Mas cutre que el de anoche, pero mas rico aún. Luego cambio de garito y me tomo un café con leche con un bizcocho acojonante. Eso si el camarero ha tenido que espantar las avispas para servírmelo.

Al salir me lío y me pierdo en la Medina. Es increible lo facil que es perderse en este autentico laberinto de mas de 9000 calles que tiene la medina de Fes. Es realmente enorme. 
Cuando ya lo dejo por imposible y llevo mas de una hora dando vueltas, me rindo y pregunto a un tipo. Joooder. Estaba al lado del hotel. Si llego a aguantar 200 metros mas llego yo solo.

De vuelta en el hotel me siento en el salón con un te y el portátil a ordenar fotos y escribir. Entablo conversación con una chica francesa en ingles que está aquí de vacaciones. Pasamos un rato divertido. Hasta que se pone a jugar a las cartas con su familia y yo sigo con mi ordenador.

Ya a la hora de la cena, cenamos en el propio hotel algo ligero por que los tres coincidimos en que no tenemos mucha hambre.

Día 32 Karia ba Mohamed – Fes

Día 32 Karia ba Mohamed – Fes

La noche ha sido mala. Me quedé dormido rápido, pero luego me desperté por que hacia mucho calor en la habitación.
Por la mañana no podemos eludir el desayuno con la familia. La madre ha echo una especie de torta, que recuerda al sabor de los churros. La tomamos con té y unos bollos. Por supuesto que la torta se come con los dedos y marica el último. La sobremesa se alarga. De las pocas cosas que entiendo es la de que nos llevemos al hijo a España. El padre no para de decir “passport la españa” y señala al hijo. Viven con la obsesión de ir a España. Les decimos que lo primero que tiene que hacer es aprender algo de español por que si no “ne pas travaille in la España”.

Tras la despedida vuelta a la carretera. El día es muy claro y hace calorcito, pero pedaleamos mal. Noto las piernas muy cargadas y en los repechos nos quedamos clavados. La poca cena y el mal descanso de anoche están pasando factura. Para colmo no llevamos nada de frutos secos o chocolate. La carretera está flanqueada por campos de habas. Cuando me doy cuenta me acuerdo de mi padre y las habas que cultiva. Como las cogíamos directamente de la mata y nos las comíamos cuando éramos pequeños mi hermano y yo. Jolín, como echo de menos esos momentos. Cuando vuelva le quitaré algún haba a mi padre.
El caso es que me paro y cojo tres vainas de la mata y me las como. Están buenísimas.

La carretera asciende suave, pero continuamente. Raymon se ha adelantado y a nuestra llegada le vemos negociando en un “bar”. La idea es comer algo aquí y descansar para poder recorrer lo que nos separa de Fes.

Somos como extraterrestres. Solo podemos bacilar con ellos sobre el Madrid y el Barça. Nos metemos con un chaval que lleva camiseta del Madrid. Comentamos que si nos vieran nuestras madres metidos en esa chabola y comiendo allí les daría algo. Nos preparan unos huevos fritos metidos en pan. Nos sientan de vicio y después de un descanso nos ponemos de nuevo a dar pedales.

Los huevos nos rejuvenecen, pero Elena aun da muestras de mucho cansancio. Menos mal que los últimos 10 km hasta Fes son cuesta abajo. Vemos al fondo la enorme ciudad. También vemos que se está preparando una buena tormenta. Nos apresuramos para llegar. Nada mas entrar en la ciudad buscamos un cibercafé para ver si Raymon tiene correo de la tal Mirella, que se supone habíamos quedado con ella aquí hace una varios días.

En ese momento mientras me tomo una coca colaa bajo el toldo de un bar, comienza un diluvio, made in maroc, tremendo. Es como una ducha. Todo se encharca en minutos y la carretera es ahora un río por donde “navegan” los vehículos. Tres tipos en un scooter, un moto carro, taxis a toda velocidad. Esta gente está loca.
Quince minutos después todo ha pasado e incluso parece que el sol quiere salir. Acabamos los tés y nos vamos a buscar hotel. Un tipo nos ha recomendado uno. 
Nos hemos aposentado en dos habitaciones dobles situadas en la azotea. Ideal para poder tender la ropa que ya necesita un lavado.

Hemos cenado en un tugurio de la medina totalmente ajeno al turismo. No creo que se sienten muchos turistas a la mesa corrida de detrás de la barra en la que se comparte un gran tazón de lata para beber agua.. La comida estaba muy buena y muy barata. Nos volvemos a acordar de nuestras madres si nos vieran allí metidos. Bromeamos sobre quién será el primero en sufrir diarrea. De momento nadie ha caído y hace ya varios días que bebemos el mismo agua que beben los de aquí.
De vuelta al hotel me voy a mi cuarto, donde veo en el portátil la película Into the wild. Se trata de un tipo que abandona toda una vida de comodidades para tirarse a la carretera con su mochila en busca de la libertad. 
Creí que compartiría cosas con el protagonista, pero no es así. La peli esta cojonuda y me ha servido para aprender dos cosas:

  • “La felicidad no es completa si no es compartida”
  • Me gusta mi vida con mi chica, mi familia y mis amigos. Es lo que yo llamo hogar. Y es lo que empiezo a echar de menos.


sábado, 17 de abril de 2010

Día 31 Ouazzane – Karia ba Mohamed

Día 31 Ouazzane – Karia ba Mohamed
80Km

He dormido bien como siempre. Es meterme en la cama y nada mas ponerme algo de música o algún podcast de la radio me quedo dormido. Esta noche al parecer los vecinos de habitación han tenido movida y yo ni idea.

Decidimos desayunar antes de dejar el hotel y así lo hacemos. Nos cuesta hacernos entender, pero al final nos preparan un café con leche estupendo y unas tostada de pan marroquí con mantequilla y miel.

Una vez en la bici cogemos la carretera secundaria que va a Fez. Al principio la carretera está muy estropeada y con unos agujeros tremendos, pero el paraje es estupendo y apenas tenemos tráfico. Solo el de los omnipresentes Mercedes Benz 240. Que hacen de taxi entra las poblaciones y que siempre los llevan sobrecargados.

Esquivar los múltiples baches es un entretenimiento que nos ayuda a que los km sean mas amenos. Vamos rodando juntos, pero en silencio. Contemplando los campos a ambos lados de la carretera. Tan verdes que podría ser cualquier postal del norte español.

Es un día de transición y se nota en el animo. No tengo muchas ganas de pedalear y me voy fijando en la cantidad de burros que pastan en las cunetas. Es el método de transporte de la zona. Es muy frecuente encontrarte trotando por el escaso arcén a un burro cargado con lo mas variopinto y a su dueño encima.
-Salam!!!
-Salam!!

Al llegar a un alto, paramos en lo que podríamos llamar un bar de carretera a tomar algo. El bar está  regentado por Aghmed. Un tipo de unos 50 años muy simpático con el que charlamos un buen rato mientras tomamos un té y un poco de pan con atún. 

Decidimos que el final de etapa para hoy será Karia Ba Mohamed, aparece en el mapa como un pueblo relativamente importante en comparación con los pueblines que vamos pasando.

El recorrido se hace muy agradable. La temperatura es perfecta para montar en bici, a pesar de lo rota que está la carretera llegamos rápido a un pueblo en el que ha habido mercadillo a lo largo del día y en el que aun queda algún puesto abierto. Compramos fruta que nos comemos a la sombra de un gran árbol en el margen observando los vehículos que abarrotados de gente y de mercancías vuelven del mercado.

Un par de subidas mas para las cansadas piernas y llegamos a Karia ba Mohamed. No hay hotel. Nos dicen que el mas cercano está a 60km, en Fez. ¡Que putada!. Estamos cansados, la etapa ha sido dura, no solo por los 85 km si no por el desnivel superado.

Se forma el típico corrillo a nuestro alrededor en el que se escuchan en varios idiomas un montón de posibles soluciones. Nosotros en medio intentando asimilar alguna viable. Hasta que Ismail, un tipo de 23 años nos dice que le acompañemos. Creo entender que él sabe de alguna habitación. Le seguimos con la lógica precaución hasta que llegamos a su casa. Subo con él. En su casa están sus padres que no sabían nada de las intenciones de Ismail, pero que me reciben muy bien.
El plan es dormir en la habitación de Ismail y cenar con la familia. Al principio me quedo sorprendido por que yo pensaba que sería alguna habitación de alquiler. Se lo comento a mis compis  y les digo que suban a ver de que se trata. Cuando vuelven lo tienen todo pactado, precio por dormir y comer  y sitio donde meter las bicis.

Ninguno de los siete miembros de la familia habla nada que no sea árabe. Es una familia de agricultores. La casa es una 4 piso de un bloque de viviendas. Es una casa modesta, pero eso si, con un enorme televisor de plasma. 
Pasamos la tarde tratando de hacernos entender. Entra dibujos, gestos y la guía de árabe para viajeros que llevo conseguimos que a duras penas sepan quienes somos y que hacemos. 
De los 5 hermanos, los dos mas pequeños son los que van al cole. Allí les enseñan francés y son los nenes los que hacen de interpretes. ¡Que lío!.

Llega la esperada cena. Consiste en un tayin de carne con verduras que la madre a estado preparando toda la tarde. En la mesa solo comemos los hombres y Elena. La niña pequeña y la madre se quedan en la cocina. Elena se siente mal, pero la decimos que esto es así y que ya irá cambiando.
Comienza una batalla por pillar mas comida con la mano derecha. Batalla que obviamente perdemos. No podemos competir con estos maestros de pillar guisantes entre el pan y el pulgar. ¡Increíble!. Menos mal que el pan abunda y entre pillada y pillada calmo mi hambre con él.
Un zumo de naranja con pulpa y todo y ya está. Nos hemos quedado a dos velas. Después de la paliza del día, en el que apenas hemos comido, nos han ganado la mano unos prestidigitadores del dedo gordo.

La cama es un pellejo de oveja en el suelo sobre el que extiendo mi aislante y sobre el que dormiré en mi saco.

Del baño ni hablar. El desagüe del lavabo va directo al suelo el cual tiene un sumidero por donde se va el agua.
Ya haré una entrada sobre los baños.

Mañana queremos llegar hasta Fez. Con el mal descanso y alimento de la tarde nos costará un poco.

jueves, 15 de abril de 2010

Día 30 Chefchaouen – Ouezzane

Día 30 Chefchaouen – Ouezzane
70km

Hemos salido un pelin mas tarde de lo previsto del hotel. Se estaba muy bien en la cama. Con todos  los bártulos ya cargados es la bicicleta nos vamos a un café que Raymon y Elena descubrieron ayer y donde nos marcamos un desayuno potente basado en pan tostado con mantequilla y miel o mermelada o queso y unos pastelitos con café.

Al salir de desayunar llueve, cae un pequeño calabobos al que apenas le hacemos caso. En el mapa de Raymon aparece una pista con un trazado que nos vendría bien,  pero no aparece en el mio, así que para salir de dudas preguntamos a unos guardias que nos recomiendan pasar de la pista. Sin embargo un tercer guardia, con aspecto de mas despistado, nos dice que es buena.
Yo creo que lo mejor será pasar de la pista y viajar hacia Ouazzane por carretera.

La lluvia a aumentado y nos obliga a ponernos la chaqueta de agua y cubrir el equipaje. La carretera que baja desde Chefchaouen esta mojada y poco a poco la vamos recorriendo bajo la lluvia.

Ya en la ruta hacia Fes la carretera que nos temiamos con mucho trafico es mejor de lo esperado, y a pesar de que algún camión nos pasa rozando y algún autobus nos pega unas pitadas de escandalo el resto del dia avanzamos por ella a buen ritmo.  Vamos entre gargantas y suaves colinas de color verde alternadas de campos de olivos y de cereal. Ya no llueve, pero la reciente lluvia le da un frescor magnifico a la jornada. El aire huele a limpio, salvo por algún camión “centenario” que nos atufa con su escape.

En el último tramo de etapa me adelanto un poco de mis compis y decido continuar hasta Ouazzane y esperarlos allí. Disfruto un montón los repechos de la carretera en los que me meto un poco de caña y los subo deprisa. Tambien disfruto las cortas bajadas en las que recupero y voy silvando y cantando. La tarde se ha quedado muy clara y limpia.

Llego a Ouazzane. Mientras espero me tomo una Fanta en el borde de la carretera de entrada al pueblo. Observo muy entretenido a las gentes que van y vienen. Un jardineros trabajando. Un mecánico y sus clientes, unos herreros, un chatarrero... 

A las 17:00 salen los chicos del colegio proximo a mi. Son cientos. Algunos pasan de largo observandome hasta que uno me pregunta en ingles.
Where are you from?
I'm from Madrid, Spain.- Contesto.
Esto provoca que los curiosos niños se agolpen a mi alrededor y comiencen a preguntarme de todo. El griterio es ensordecedor. No tengo ojos para vigilarlos a todos para que no toquen la bici. Les gusta el cuentakilómetros y el gps y los tocan. 
El coro cada vez es mas estrecho y mas esperso y la verdad me pongo un poco nervioso. Trato de controlar la situación mostrandome serio y tajante. Parece que tiene algo de efecto, pero al momento me cae una piedra. Los demás increpan al agresor y le dan pescozones. Todo acaba cuando llegan dos alumnos mas mayores y a collejas y empujones disuelven el tumulto y me piden disculpas en ingles. Dicen que soy bienvenido y que en Marruecos son good people aunque algún bad people tambien hay.

En ese momento veo a lo lejos que Raymon y Elena se están acercando. Se muestran sorprendidos por el mogollón que tengo montado en medio de la carretera. A su llegada lo peor ya había pasado, pero ellos tambien llaman la atención y sin mediar palabra con un gesto les hago ver que todo esta bien y continuamos pedaleando hacía el centro del pueblo. La crisis de adolescentes ha pasado.
La prósxima vez que vea a 200 chavales acercarse hacia mi no me quedaré quieto y me pondré en movimiento. 
Su intención es buena, pero son demasiado curiosos y febriles y te la pueden liar gorda.

Aunque teniamos pensado continuar 20km mas pero decidimos que 70km para la jornada de hoy está bien. Nos quedaremos en el pueblo.

La busqueda de hotel ha sido rápida. Hemos dado con uno muy espacioso limpio y barato. ¿Que mas se puede pedir?.

En este pueblo no deben de parar mucho turistas. Preguntamos a un señor que amablemente deja su tienda para acompañarnos a un casa de comidas donde nos presenta al dueño que nos prepara una típica sopa marroqui y un tayin de pollo con verduras que se caga la perra. 

Conocimos a Mohamed, un chico que está estudiando en la universidad de Fez para profesor de español y que muy amablemente el y su hermano nos enseñan muchas frases en arabe para poder manejarnos mejor en lo sucesivo.
Son dos chicos muy simpaticos y divertidos y nos reimos bastante intentando pronunciar las frases que nos apuntan en el papel. El resto de clientes del bar, tambien están atentos a la conversación y se despelotan de lo dificil que nos resulta su idioma. Pasamos un rato estupendo con todos ellos. Nos hacemos una fotos con la promesa de colgarlas de nuestro blog. Tambíen hemos intercambiado el email.

Mohamed tiene el sueño de viajar a España para continuar su formación. Pero los temas de papeleo y demas rollos burocraticos no se lo ponen facil. Deseo que algún día pueda hacer su deseado viaje.

Ha sido un día muy bonito. La carretera muy divertida. Mucha gente nos saluda al pasar con su sonrisa y están siempre dispuestos a ayudar aunque a veces sea imposible entendernos por el idioma. La cena y la charla con Mohamed en un bar de un barrio obrero de Ouazzane ha afianzado aun mas mi creencia de que este es un gran pais lleno de muy buena gente. De la que tenemos demasiados prejuicios.


Día 29 Chefchaouen


La habitación del hotel está muy bien y he dormido como un bebe. Nos levantamos tarde y nos vamos a desayunar a un sitio cercano, está decorado estilo mil y una noches y está mas enfocado a turistas mas convencionales que nosotros.


Me vuelvo al hotel para actualizar el diario. Paso la mañana tranquilo y relajado escribiendo y escuchando musiquilla. De vez en cuando de oye el canto del almuédano en el alminar, convocando a la oración. 

Raymon y Elena han estado dando un paseo por la medina. Hemos quedado por la tarde para buscar un buen sitio de cenar.

Visito el cibercafé cercano para actualizar el blog y mientras espero a mis compis me siento en la tetería mas “cutre” que encuentro y me tomo un té de menta observando a los numerosos transeúntes.

Ya los tres otra vez nos vamos a cenar a un local fuera de la medina lleno de marroquíes y nos ponemos las botas de kuskus, tayines y sopa marroquí.  Esta todo muy rico. Esta gente sabe cenar.

Si os digo la verdad, esta ciudad me cae un poco mal. Las tres anteriores veces en las que he estado me ha pasado lo mismo. Es muy bonita. Su medina esta pintada en azul claro y las callejuelas empinadas le dan un aire muy exótico. Pero tengo la misma sensación que tuve en Venecia. Está todo tan enfocado al turismo que es mas un parque temático que una ciudad “real” en la que la gente hace sus cosas. Quizá es una apreciación exagerada, pero es la que he tenido durante el día que he pasado aquí.

domingo, 11 de abril de 2010

Día 28 Oued Laou – Chefchaouen


Día 28 Oued Laou – Chefchaouen
55km

He dormido bastante bien, aunque el sillón-cama deja bastante que desear. Menos mal que no tengo problemas para conciliar el sueño.

El día a amanecido con el mismo viento con el que anochecío. Hoy además esta cubierto de amenazadoras nubes negras. Que le vamos a hacer, es una contrariedad, pero habrá que adaptarse.
El itinerario de hoy transcurre hacia el oeste, así que quiza el viento de levante nos empuje.

Damos un paseo para ver donde desayunamos. Observando a los locales nos damos cuenta que ellos compran una especie de bizcocho con aceite o una versión marroqui de nuestros churros en una pequeña tienducha a pie de calle y se van con ello a la cafetería de la esquina donde se lo toman con un generoso café au lait.

Llueve un poco. Aun así recogemos los bártulos y nos ponemos en marcha hacia el mercado.
Me cuesta describir como es el mercado. Lo intentaré. Es una especie de caos en el que se agolpan cientos de comerciantes, algunos simplemente con una manta en el suelo otros con un puesto mas elaborado, formando un entramado de calles y pasos estrechos por donde cientos, casi miles de personas de todo tipo y condición deambulan observando los numerosos productos expuestos, animales vivos, comidas, fruta verduras, cacharros. Es como una medina portatil y si la medina ya resulta asombrosa el mercado es aun mas.
Nos metemos en el maremagnum empujando las bicis. Si ellos andan entre los puestos con burros cargados nosotros podremos pasar con las bicis.

Me fijo en un concurrido puesto de gallinas. Las aves están allí picoteando el grano en un improvidsado corralito hasta que un comprador la selecciona. Es entonces cuando el vendedor la coge y con un certero golpe de cuchillo la corta en el cuello, acto seguido la introduce cabeza abajo en una especie de cubo extrecho donde la gallina muere desangrada. Con las patas aun moviendose un ayudante la saca del cubo y la intriduce en un enorme caldero, supongo que con agua hirviendo o bien para desplumarla o limpiarla, no lo se. Así sucesivamente. Las otras gallinas siguen picoteando tranquilamente sin saber lo cercano de su final.
A priori puede parecer sanguinario y cruel. Para muchos urbanitas es un tabú. A ninguno nos gusta pensar como ha sido la muerte de la gallina o pollo que nos estamos comiendo cuando nos comemos un sandwich de pollo. Es mejor no pensarlo. Al ver el proceso con la crudeza que aquí describo hace pensar en que la ajetreada ciudad y sus canales de comercio y distribución hace que nos despreocupemos de estos asuntos hasta el punto en el que una vez le dijeron a un niño de ciudad que dibujara un pollo y lo dibujó asado.

El mercado es lo suficuentemente iteresante como para pasar todo el dia en él, pero tenemos un largo trecho de 50 km con subidas hasta Chefchaouen y debemos partir.

El aire nos da de culo. ¡Yupiiii!, pero la carretera tiene un tráfico tremendo fruto del mismo mercado. Furgonetas abarrotadas nos pasan rozando, es verdad que no demasiado rápido, pero la carretera es muy estrecha. Vamos avanzando poco a poco hasta que parece que la carretera se ensancha un poco y el tráfico se calma.
Llueve y nos ponemos los aperos de lluvia. Como siempre y según la “ley de Murphy” en cuanto te pones el chubasquero comienza la cuasta arriba y la transpiracion del esfuerzo hace que te empapes de sudor.
Poco a poco me voy distanciando de mis compis, me quito el chubasquero aunque llueva un poco. Parece que así mejor y al tran tran voy superando las duras rampas que me voy encontrando.
En un tramo muy duro, veo a los lejos un perro. Él me ve también y comienza a ladrar. Según me acerco son dos. Tu tranqui, dicen que si no muestras miedo no pasara nada. Tercer perro. Pongo un piñon mas por si toca esprintar. Cuarto perro. Buf!, esto es mas serio de lo que parecía. Todos ladrando como locos y mostrando sus dientes. Quinto. Joooder!!, estoy jodido. Esprinto, se acercan a mis tobillos, solo ladran. Yo voy a mil pulsaciones por el esprin cuesta arriba y por que voy acojonado. Guau!! Guau!! Guau!! En ese momento aparece de la cuneta un chaval armado con un pedrusco y amenaza a los perros que automaticamente se retiran. El chaval me pide disculpas con un gesto y yo solo alcanzo a decir.
-Argfff! argfff! Argfff! No problema.-
Ha sido un esfuerzo brutal, tarde casi 5 minutos en estabilizarme y poder respirar con normalidad. No se que habría pasado si no aparece el pastor. Pienso en mis compañeros que vienen detrás y le digo desde lejos que vienen mas ciclistas.

Las rampas son cada vez mas duras, yo voy algo calado, pero no tengo frio. Sigo mi camino disfrutando de las increibles vistas del valle. Podría ser Asturias.
La jornada se va sucediendo poco a poco, rampas increibles se suceden una tras otras, unas veces hacia arriba y otras hacia abajo.
Al pasar por una aldea se ponen a mi lado unos nenes que a cambio de empujarme piden un oro (Euro).  Al decirles que no hay nada los mamones se enganchan a mis alforjar y me frenan. Son la leche. Me pongo serio y me dejan en paz.
Paro un par de veces a esperar a Raymon y Elena, pero cuando llevo parado mas de 20 minutos la tiritona aparece y decido seguir solo hasta que llegue a algún lugar donde covijarme.

Disfruto mucho del trayecto. Por fin y tras 45 km desde Oued Laou llego al cruce con la carretera principal que nos acercará a Chefchaouen.

Me meto en un bar y me tomo una coca cola. Tengo un frio de pelotas, me abrigo con todo lo que tengo y espero durante algo mas de una hora a Raymon y Elena. La pobre viene fundida. Pero aun con la sonrisa.
Solo nos restan 10km, la mitad de subida para llegar a nuestro destino. Entramos en el pueblo totalmente de noche y en pleno partido Madrid – Barça. Aquí lo viven casi mas que en España.
Localizamos un hotel muy majo dentro la medina y nos vamos a cenar. Tenemos tanta hambre que nos tomamos cuatro platos para tres.
Junto a nosotros hay sentados unos madrileños que están unos días de viaje por Marruecos y con los que entablamos una entretenida conversación sobre nuestro viaje y nos contamos algunas anécdotas.

Mañana nos quedaremos en Chefchaouen de descanso. Es la cuarta vez que estoy en esta ciudad que para mi gusto es demasiado turística y en la que la picaresca para venderte hachis, pañuelos u obtener propina desvirtúa su extrema belleza.


Día 27 Tetouan – Oued Laou


Día 27 Tetouan – Oued Laou
50km

Nos levantamos para mi gusto un poco tarde. El cambio horario me está trastornando un poco. Cuando salimos a las calle son poco mas de las 8:00 hora local. Casi todo está cerrado, pero acabamos por encontrar un sitio pequeñito donde sirven un delicioso café au lait y unas tostadas de mantequilla y miel muy buenas. Nos lo tomamos rodeados de otros madrugadores. 

El día está, si cabe, mas feo que ayer. El fuerte Levante continua y la jornada prevista para hoy transcurre por la escarpada carretera de la costa en la que presuponemos tendremos el viento de cara.
Como tenemos que abandonar el hotel a las 12 y aun tenemos tiempo nos tomamos otro té en la tetería de ayer, mucho mas tranquila, y en donde aparece de nuevo Arafat. 
Pasamos un rato de agradable conversación con él sobre el idioma y demás temas triviales. Un gran tipo.
Ahora toca deliberar si salimos hoy o esperamos un día a que amaine el viento. Yo en principio creo que es una putada el viento, pero que otro día en Tetouan puede ser muy pesado. Elena dice de salir y Raymon de quedarnos. Al final me decanto por irnos. Oued Laou situado a 50km será nuestro destino.

No llevo bien estas continuas negociaciones entra los tres para tomar cualquier decisión y aunque  entiendo que debe de ser así me resulta agotador. Tanto que mi primera reacción es la de dejar hacer  y adaptarme. Quizá no sea la mejor manera de actuar pero es la que me sale inicialmente. Lo revísaré en los días venideros.

Salimos cara al viento de la vorágine de la ciudad. A los que dicen que pedalear en Madrid o Manhathan es peligroso les diría que se dieran una vuelta por estas ciudades. El trafico te exige atención y concentración y eso lo hace hasta divertido.

En un rato llegamos a la costa. El viento es aun mas fuerte, pero una vez metidos en faena pedaleamos ligeros y con mucho ánimo. La carretera es muy bonita, a nuestra izquierda llevamos el mar revuelto y a nuestra derecha montes arbolados muy parecidos a los que podemos ver en el norte de España.
La carretera comienza a subir y subir para luego bajar de golpe y luego vuelve a subir. Mi ritmo de subida es sensiblemente mas rápido que el de Elena, lógico. Ella lleva pocos kms y aunque es una fiera aun le falta un puntito de forma que nosotros ya hemos adquirido. Poco a poco me voy adelantando hasta quedarme solo.
Me encanta. Voy midiendo mis fuerzas, aquí aprieto mas, aquí aflojo. Lo paso de vicio durante los siguientes km.
La carretera está toda en obras. Aquí no lo hacen por tramos, aquí atacan toda la carretera de golpe y eso provoca una carretera polvorienta con montones de pesados, lentos y humeantes camiones que me adelantan provocando una polvareda que pronto de fijará a las ropas y a la bici. Aun así disfruto un montón del recorrido y entro en Oued Laou cantando a pleno pulmón.

Llego a una tiendecita a la entrada del pueblo y me tomo una coca cola mientras espero a mis compañeros de viaje.

En el centro del pueblo está el  hotel ….. en el que tras sopesar otras opciones nos quedamos. En realidad es un apartamento con cocina una cama de matrimonio y un sillón. Una buena ducha para quitarnos el polvo de la dura jornada.

Nos vamos a cenar a “El restaurante de Mike”. Donde cenamos la misma comida que están comiendo los lugareños. Tayin de habas, de pescado y unas sardinas fritas. Rico, pero de calidad un poco floja. Eso sí, muy barato. 
Los tres hemos bebido agua del grifo y bromeamos sobre quién será el primero en mostrar las consecuencias.

Mañana habrá mercado en el pueblo. La idea es verlo a primera hora y luego por le valle del Laou hacia Chefchaouen. Esperemos que el fuerte viento reinante de todo el día amaine para mañana.

Dيa 26 Hotel afueras de Restinga – Tetouan


Día 26 Hotel afueras de Restinga – Tetouan

Nos despertamos sin despertador. Es el día después de la discusión y hoy funcionaremos con las nuevas pautas de convivencia.

Salimos carretera y manta por una carretera bastante buena para el pedaleo. Vuelve a atacarnos el temible viento de Levante que nos lleva con la cabeza metida entre el manillar. Tampoco ayuda a la conversación las secuelas de la discusión de ayer.
Hemos decidido que en el próximo pueblo trataremos de cambiar dinero en un banco por que suponemos que el cambio será mas rentable.

Cuando llevamos unos 10 kilómetros llegamos a Mdiq. Un pueblo costero al estilo costa española. Esta zona de la costa mediterránea marroquí tiene gran cantidad de hoteles del tipo todo incluido en donde disfrutan de sus vacaciones turistas de origen internacional. Fuera de temporada, al igual que las zonas vacacionales españolas, se convierten en pueblos fantasma con un un montón de hoteles, bungalows, apartamentos y demás alojamientos vacíos. El centro del pueblo si mantiene su estilo marroquí de tiendecitas, puestos callejeros de comidas, gentío alborotado por todas partes, trafico...

Buscamos el banco en Mdiq y tratamos de cambiar pero la cola es enorme. El banquero no se altera ni la expresión mientras hace las gestiones con total parsimonia. Aquí la prisa no funciona, incluso nos parece que los hombres que entran en el banco se cuelan delante de las mujeres sin ningún tipo de reprimenda. Este dato no esta del todo contrastado, pero me pareció que era así

Enfrente hay otro banco francés, esta vacío, así que cambiamos en él. Quizá el cambio sea menos rentable, aunque no creo que existan grandes diferencias. En la frontera en un cambista nos dieron 11.1 dirham por cada euro. Aquí  ha sido 10.96 dirham por euro. No me comeré la cabeza por unos céntimos de dirham quizá para cantidades enormes sea necesario el ajuste pero para lo poco que pretendo cambiar no.

Varias gestiones mas que tiene que hacer Elena en correos y en un locutorio y ya es la hora de comer. Hemos comprado unas frutas en el mercado que van para adentro.

El viento es un verdadero incordio nos pilla de frente con mucha fuerza. Pedaleamos unos 20km mas y llegamos a Tetouan donde decidimos buscar hotel y pasar la tarde de descanso. Yo seguiría un poco mas, pero la verdad es que el día es muy desapacible incluso han caído algunas gotas.

Buscamos la famosa medina cuando un tipo nos aborda y nos recomienda el Hotel La Gacela. Un hotel barato muy pintoresco y limpio que está metido en uno de los callejones de la medina sacados de los cuentos de las mil y una noches.

Comienza otro ritual que sospecho que nos acompañará durante los próximos días: Desmontar los bultos de la bici mientras te observan los transeúntes y los “guías” busca vidas que tratan de obtener una propina. El truco consiste en decir no repetidas veces y hacerles ver que sabes lo que quieres y que no les necesitas para moverte por la ciudad aunque en ocasiones es normal estar un poco despistado.

Nos acomodamos en la habitación triple y salimos a dar un paseo por la medina. Para nosotros son las 19:00h, pero la hora marroquí de verano es dos horas menos así que aquí son las 17:00h.
La medina es tal y como recordaba de viajes pasados. Calles estrechas en la que uno tras otro se suceden puestos de todo lo que uno se pueda imaginar. Gallinas vivas que matan delante de nosotros a la hora de comprarla, pastelitos de mil colores, frutas, carnes, pescados, cazuelas, cacharros de cocina, chilabas, babuchas, cargadores de móviles, portátiles, aceitunas, verduras, televisiones... La lista puede ser infinita tiene cierto ordenamiento agrupados por gremios pero aparentemente reina un cierto caos.

Después del largo paseo nos metemos en una tetería donde sospecho que pocos turistas entran.

Es muy pequeña y en ella se agolpan decenas de hombres tomando te, jugando al parchís muy animosos, me recordó a nuestro mus. Cuatro juegan con mucho escándalo y otros tantos miran.
Nos sirven un té típico realmente rico. Y yo que creía que había conseguido en casa el té moruno. ¡Ni de coña!. Tendré que seguir investigando a mi vuelta para intentar acercarme a este sabor.
En esta tetería tienen una especie de cisterna sobre unas brasas de leña en la que tienen el agua siempre hirviendo. Esta cisterna parece que tiene cientos de años y tiene un grifo por donde vierten el agua a unos cazitos de latón donde han puesto el te verde y menta fresca. Lo dejan unos minutos junto al fuego y luego lo vierten en el vaso que llevarán a la mesa. Por tanto en la mesa tienes un gran vaso de cristal, lleno de te, menta fresca en rama y flor de azahar con mucha azúcar. ¡¡UMM!! ¡¡Que sabor!!
A pesar de que el hachís es ilegal en Marruecos, muchos fuman kifi en una gran pipa. No parece que sea una actividad clandestina, lo fuman con la misma naturalidad que el tabaco en España. El kifi es la planta picada muy pequeña. Ponen un poco en una larga pipa de unos 40cm y la encienden. La dosis sirve para un par de caladas y provoca una humareda inmensa. Hasta un rato largo no se preparan otra. Cada vez que preparan una pipa te ofrecen. De momento cortesmente, siempre he dicho que no. Habrá que probarlo, pero cuando me apetezca.

En este local comienzo una conversación con “Rafa”
.¿Te llamas Rafael?.- Le dije al decirme su nombre.
-Noooo!!! Me llamo Arafat, como el político. JAJAJA!!!.-

Arafat es un hombre ya mayor que se dedica durante 4 meses al año a trabajar en un complejo privado en la costa para turistas extranjeros y el resto del año vive en Tetouan de lo que ha ganado durante el verano. Habla varios idiomas y nos enseña cosas de su cultura. También nos indico un restaurante bueno y barato donde le conocen y donde cenan solo marroquíes. Él realmente nos ayudo y entablo conversación con nosotros por el mero placer de hacerlo, no solo por la propina incluso se negó a aceptar la incitación de un “cafe au lait” que se estaba tomando. Este tipo de personas, generosas y amables son las que abundan en Marruecos, pero por desgracia las mas notorias son las que te persiguen para conseguir una propina por cualquier servicio.

Cenamos un kuskus de pollo gigante y una coca cola y nos retiramos al hotel a dormir. Es temprano en Marruecos, pero yo aún ando con el horario español y estoy cansado.

Día 25 Tarifa – Algeciras – Hotel afueras Restinga



A las 8:30 de la manٌana oigo que Raymon esta ya trasteando con el hornillo y preparando el café. Comienza nuestro que hacer cotidiano. La verdad es que me quedarيa un rato mas en la cama, pero decido levantarme. Hoy serل un dia largo. Tenemos previsto llegar a  Fez el Lunes 12, a este paso no nos darل tiempo. Allي Raymon a quedado con Mirella y no queremos hacerla esperar demasiado.
Recogemos.

Salimos del camping pero no se respira aire de ilusiَn, mas bien aire de obligaciَn. Tenemos previsto ir desde Tarifa a Algeciras por camino, pero antes hay que verificar la informaciَn que tenemos de que existe un camino viable. Para ello llegamos a la entrada de Tarifa donde hay una superpijotienda de bicis, surf, escalada y preguntamos. Parece que el camino va a ser mas complicado de lo que pensabamos, asي que decidimos ir por carretera nacional hasta Algeciras.
El tipo de la tienda tambien nos ha dicho que podremos cambiar dinero en Ceuta.

En un momento pregunto que si vamos a ver pasar a través de Tarifa y Elena que llevaba la sensaciَn de que tenيamos prisa desde que Raymon la despertَ dice que no entiende nada. Que ella pensaba que habيa que ir a Algeciras rapidamente. Lo que provoca una pequeٌa discusiَn que aclaramos tras un rato de debate en plena carretera. Son los ajustes necesarios al pasar de dos a tres en el grupo.

Todo aclarado continuamos hacia Algeciras por la carretera principal que a pesar de tener bastante trلfico se sube relajadamente gracias a las vistas del continente Africano a nuestra derecha.
Me encuentro fuerte y disfruto con la subida. Ellos vienen detrلs. En un rato llegamos a Algeciras.
Directos al ferry con la intencيon de coger el primero que salga.
Decidimos esperar dos horas para coger un ferry que tiene descuento joven y en el que Elena se ahorra casi 10€. Tiempo que aprovechamos para comermos un gran bocata del Jamَn que llevaba en las alforjas desde que vinieron las chicas y sacar dinero del banco.

No cambiamos pasta aْn. Nos metemos en el ferry por la parte de los coches. No consideran la bici un equipaje de mano y entramos por al panza del ferry como las motos. Mola.
Una hora después estamos en Ceuta. A mi me gustarيa intentar cambiar dinero, ir a una farmacia a por fungusol y hacer un par de llamadas telefَnicas. Veo una farmacia y paro ha comprar.

Decidimos entrar en Marruecos. Hemos preguntado a un tipo por un hotel y la verdad es que el ambiente de frontera es muy duro y es mejor pasar unos km y buscar allي algo para dormir. Cambiamos dinero y pasamos la frontera. La frontera ha sido un puro trلmite. Sin ningْn incidente reseٌable.

Comenzamos a rodar por Marruecos. Con poca gana, yo solo quiero llegar a un hotel para que acabe este dيa tan loco.

Se hace de noche, hace frio y no se ve ningْn pueblo. Pregunto en una tiendecita. Me mandan a un hotel con pinta lujosa. La habitaciَn cuesta 30€. Es casi el doble de lo que vale una habitaciَn en otros puntos del pais, pero para mi dada la situaciَn creo que por esta vez pasaré por el aro. También hay habitaciones mas baratas a 30km mas al sur, pero eso ya estل demasiado lejos para las horas que son.
En el hotel nos enseٌan una “casita tradicional” bastante guarra por 10 € cada uno.
Raymon duda si quedarse o no, yo le digo que me quedarيa en el hotel solo o acompaٌado por que dadas las horas que son no veo apropiado buscar para acampar.
No es una situaciَn muy agradable estar en desacuerdo, pero este tipo de viajes es asي. Por este motivo llevamos duplicado lo bلsico para mantener la independencia en caso de discrepancia.
Al final Raymon accede a dormir en el hotel. Nos quedamos los tres. Tenemos un poco de mal royo,  que despues de la ducha y de cenar lo hablamos y la cosa se queda clara y mas o menos resuelta.

El dيa ha sido largo, hemos tenido un par de desacuerdos a lo largo de la jornada, pero me quedo con que hemos sido capaces de ajustarnos a la situaciَn y de resolverlos hablando abiertamente de ello.

Me meto en el saco de dormir para acabar este dيa raro y comenzar nuestra primera noche en Africa.


martes, 6 de abril de 2010

Día 24 Conil – Tarifa


Todo el día de ayer lo pasamos protegidos del vendaval en el camping, pero hoy a amanecido mas agradable, sigue haciendo viento de levante con mucha fuerza, pero hemos decidido movernos ya que va a hacer casi una semana desde que nos paramos en esta población y ya tenemos ganas de pedalear.

Es nuestra primera etapa con tres integrantes. Y eso le da un aire novedoso muy atractivo.

Volvemos el desayuno a base de pan tostado, galletas y café de los días de ruta. Recogemos las tiendas, el hornillo, el neceser, las cazuelas... Lo de todos los días, nuestra rutina diaria.

Pagamos en el camping y a la carretera. Nada mas coger la carretera se nota el ventarrón de frente que nos incordiará todo el día.

La carretera que una Conil con Barbate y que pasa por el Palmar y Caños me trae recuerdos de pasados viajes surferos con los amigos. Especialmente cuando en el GPS aparece el waypoint introducido hace un par de años y que se llama “Pepís Home” Indica la casita frente al faro de Trafalgar alquilada por Rafa y Silvia en la que pasamos unos maravillosos días de surf y amistad.
¡Que recuerdos!

Todo a nuestro alrededor esta rodeado de campos verdes de cereal, mas allá podemos ver el mar. También algunas casitas que supongo que eran de labor y que se han ido reconvirtiendo en casa de alquiler, viviendas de surferos, de bohemios, etc.

Llegamos a Caños de Meca donde hacemos una paradita para tomar unos frutos secos y hacer alguna fotillo de lo bonita y tranquila que está la playa de Caños.

Comienza la subida al puertecillo que nos separa de Barbate. Es el primer test de subida al que se enfrenta Elena con la bici cargada. Lo supera sin complicaciones. Yo me encuentro muy bien. Me duele un poco la rodilla que siempre me da guerra, pero creo que es mas por la brusca inactividad de estos días que por el pedaleo de la subida.

Barbate. Cogemos dirección Zahara de los Atunes.
Me fijo que a los bordes de la carretera y tras un vallado de espino aparecen unos carteles que indican ZONA MILITAR. SIERRA DEL RETIN. ¡Coño! Esta es la famosa sierra de la que tanto hablaba Rafa y en la que hizo mogollón de maniobras en su etapa militar. Otro recuerdo para él. 

En Zahara compramos unas frutas y los mejores higos secos que he probado en años y nos los comemos en la playa. Cafelito reponedor y a pedalear.
El paisaje ahora se convierte en una extensión enorme llena de colinas verdes con cientos de aerogeneradores girando alocadamente por culpa del viento que ya empieza a tocarme las narices. De todos los dioses Eolo es el que mas maligno para los ciclistas.
Alguien dijo alguna vez; “En la vida de un ciclista todo da por culo menos el aire que da de frente”.

Precioso tramo que termina en la nacional. Tiene buen arcén, pero el trafico, el viento de cara la hacen monótona. Hacemos tandas de 10km y descanso y en tres rondas llegamos a Tarifa. Compramos algo para cenar y nos metemos en un camping.

Duchazo y macarronada para reponer y a descansar.

Nuestro primer día como trió a sido fantástico. Elena, como es lógico, esta menos entrenada que nosotros y avanza un poco mas despacio. Pero no es ningún inconveniente por que aquí la prisa no  existe. La jornada a sido dura. Como debut ha recorrido 80 km con viento fuerte de cara y con la mejor de sus sonrisas. Chapó.

Mañana a Algeciras. Tenemos algunos tramites que hacer y ya veremos si cruzamos o no.

lunes, 5 de abril de 2010

El Reto

El planteamiento inicial de este viaje consistía en un reto: Viajar a Dakar en bicicleta.
Hoy comienza mi cuarta semana de viaje y de una manera inconsciente he ido revisando en mi cabeza el planteamiento. 
Ya no consiste en llegar a Dakar únicamente pedaleando. Ni tan siquiera consiste en llegar a Dakar. Consiste en hacer un viaje hacía Senegal con la intención de enriquecerme mentalmente, de sentir la naturaleza y  las formas de vida distintas del alocado hacer cotidiano de mi ciudad de origen. 
Es difícil explicar a la gente que te vas de viaje sin destino fijo y sin unos plazos definidos y cerrados. Es incluso difícil planteárselo a uno mismo, pero la realidad y las sensaciones que voy teniendo estos días así lo indican. El fin de este viaje es el del viaje en si mismo. Es el de desplazarse de un lugar a otro sin prisa, con la velocidad perfecta de la bicicleta.
Al principio cuesta  un poco cambiar el chip de la prisa. Aquí no hay prisa. Hoy por ejemplo estamos parados en un camping de Conil debido a que se ha amanecido el día con un infernal Levante que incluso los lugareños están asombrados y que hace inviable el pedaleo. Da igual. Pasamos el día en el camping y ya veremos mañana.
Si tuviera fecha de llegada a tal sitio estaría agobiado por que hoy no hemos avanzado pero al carecer de plazos la vida se torna tranquila y sosegada y esa sensación es de lo mas purificante y satisfactoria.

Si el llegar a Dakar, antes del calor. O el tener que llegar a toda costa estropeasen esa vida sosegada, quizá lo conveniente sería no llegar.

Claro que al igual que en 20 días de viaje he cambiado un poco el reto inicial, cuando lleve 40 es posible mas cambios. Quién sabe. La carretera lo dictará.

Días 17, 18, 19, 20, 21 y 22


El día 17 ( Miércoles 31 de Marzo 2010) lo pasamos en el camping. Lavamos ropa, descansamos, lectura, escritura y poca cosa que mencionar. Es un día de autentico descanso. Lo único reseñable es que hemos ido al supermercado para comprar comida para estos días festivos en los que presumimos estarán cerrada la mayoría de las tiendas.

Día 18 de viaje.
Ya es jueves santo y según lo convenido nos mudamos del camping al apartamento en el centro del pueblo.
Hoy llegan las chicas desde Madrid. 
Ya tengo ganas de verla. Ella es lo único que realmente echo en  falta. Me adapto al jabón lagarto, a la falta de duchas, de comidas exóticas, a no llevar peine, al dolor de culo, al cansancio en las piernas... pero a su ausencia no me consigo adaptar, ni tampoco quiero. La echo de menos y eso quiere decir algo bueno y bonito.

Llegan sobre las 13 horas. Abrazos, besos y mucha alegría. Comemos en el apartamento y nos vamos un rato a la playa. 

Luego a casa a cenar y a arreglarnos para dar un paseo por el abarrotado pueblo y a dormir.


El resto de los días que han pasado aquí han sido mas o menos parecidos. Han sido los típicos días de vacaciones playeras. Levantarse tarde, paseo marítimo, puestos de hippies, cervecitas, tapitas, copitas, comidas en casa, cenas, playa... En definitiva han sido dias muy agradables.
Conil estaba muy ambientado. Mucha gente arriba y abajo dando mucha vida a sus calles. Hemos presenciado dos pasos de semana santa, que ha pesar de mi falta de creencia religiosa han conseguido conmoverme.

Todo se acaba y rápidamente a llegado el Domingo. 
Elena se quedará con nosotros, pero Fani y Merce tienen que volver a su rutina en Madrid.
La mañana transcurre preparando el equipaje y las bicis para mudarnos de nuevo al camping, pero esta vez escoltado por Fani y su furgo. Comerán con nosotros y se irán para casa.

Esta vez la despedida me resulta mas amarga que dulce, quizá sea por que pasará mas tiempo hasta que la vuelva a ver o quizá sea por que esta vez soy yo el que se queda y no tengo los nervios y la emoción de los inicios de cualquier viaje.

Tarde en el camping un poco tristón. Mañana volveremos al ataque.

Álbum de Fotos

He preparado una sencilla web con algunas de las fotos que vamos haciendo. Están ordenadas por días.
Espero que os gusten.

Día 16 Sanlúcar de Barrameda – Conil de la Frontera


Hemos dormido de vicio. Tenemos dudas entre hacer el desayuno en la fantástica terraza estilo andaluz que tiene la señora Rosario o ir al bar de enfrente donde nos trataron tan bien. Decidimos lo segundo.



Inflamos las ruedas que aun estaban flojas del tramo de ayer y nos despedimos de nuestra casera. Paramos en una gasolinera cercana para lavar las bicis y deshacernos de la peligrosa arenilla de playa en los cambios y la cadena.

Partimos a buen ritmo hacía Puerto de Santa María. Población a la que llegamos rapidamente.
Toda esta zona está plagada de autovías y vemos que nos va a costar bastante encontrar un itinerario sin meternos en una de esas peligrosa vías. Pasamos por casualidad delante de la estación de cercanías que comunica Puerto de Santa María con Cadiz. A Raymon se le ocurre que podíamos coger el cercanías para esquivar el trafico local. Así hacemos y en un rato de tren llegamos a San Fernando.

Es la hora de comer, el tráfico es muy intenso, pero decidimos recorrer un peligroso tramo de autovía que nos llevará hasta Chiclana y desde donde ya por carreteras secundarias nos dirigiremos hasta la Playa de la Barrosa.

Otra vez junto al mar avanzamos eligiendo siempre la opción mas cercana a la costa. Pasamos por Sancti Petri. Atravesamos urbanizaciones de lujo con campos de golf, playas privadas y por hoteles de no se cuantas estrellas. ¡¡Madre mía!! ¡¡Que lujo!!



A lo lejos vemos el faro de cabo Roche al que llegamos por un tramo rodeados de pinos con el mar de fondo.
El faro es un sitio precioso y el día soleado ayuda a realzar las vistas. Ya vemos Conil, preguntamos a un señor que vive junto el faro y nos recomienda un camino que pasa por la Cala del Aceite y después continua por un vertiginoso sendero junto a los rojos acantilados que caen al mar.







Visitamos varios campings de la zona y nos quedamos con el de la Rosaleda. Mas que nada por que tienen como valor añadido wifi gratis y en estos tiempos es un dato relevante.

Mientras debatíamos en el centro de Coníl donde quedarnos y demás. Se nos acercó Antonía. Una señora del pueblo que al vernos decidió ofrecernos un apartamento en el centro. Vamos a verlo para alquilarlo durante los 4 días de semana santa que pasaremos aquí.
Las chicas vienen de Madrid para pasar aquí la festividad y es mucho mejor un apartamento que el camping. Lo apalabramos con ella para el jueves y nos tomamos una cervecita para celebrar que hemos concluido nuestra segunda etapa del viaje. 

Al salir de Madrid nos habíamos marcado unos primeros hitos en el camino. El primero fue llegar a Monesterio para pasas unos días allí y hacer una fiesta con la intención de recabar fondos para la ONG. El segundo hito era llegar a las playas gaditanas en Semana Santa para coincidir con las chicas y donde se incorporaría Elena para viajar unos días con nosotros.

La siguiente fase del viaje comenzará tras las fiestas. El binomio se convertirá en trio y habrá que ajustarnos a ese cambio. Ajuste, que no será complicado pero que si será en parte protagonista de los próximos días.