domingo, 2 de mayo de 2010

Día 42 Sidi Rahhal – Marrakech

Día 42 Sidi Rahhal – Marrakech

La noche transcurre tranquila. Solo perturbada por el croar interminable de un montón de ranas, que al finalizar dio paso al canto de un gallo loco que parecía que había tomado demasiado café y para colmo un lindo pajarito debió de tomar el mástil de la tienda como punto desde el que ensayar su agudo canto. Nada que ver con los sonidos perturbadores de la gran ciudad.

Me levanto en cuanto clarea para desmontar la tienda antes de que aparezcan los curiosos. En un momento tengo todo recogido y a buscar desayuno.
En el pueblo no hay mucho donde elegir, es temprano y solo veo abierto un baretillo desde el cual, algunos clientes, me dicen que me acerque. Así lo hago.
Comparte mesa con ellos, están tomando una especie de puré que no me apetece nada. También me ofrecen huevos duros recién cocidos y té. Me tomo dos huevos y dos tés. Ya tengo gasolina para llegar a Marrakech.

Ya en la carretera, el recorrido es casi plano, con algún que otro repecho que negocio sin problemas. Estoy a unos 50 km de Marrakech y como es temprano pretendo llegar a la hora de comer. Ufff!! Se me acaba el plazo que me he impuesto para decidir que hacer con el viaje y aun no lo tengo claro. Voy dándole mas vueltas a las neuronas que a los pedales.

Me desvío hacia Ait-Ourir, para no entrar a la ciudad por la carretera principal. Es un acierto ya que la densidad del tráfico disminuye sensiblemente y eso me permite entrar en la ciudad muy tranquilo y animado.

Sin saber como, he aparecido en plena medina de Marrakech. Menos mal que en el mapa que llevo en el GPS aparece mas o menos detallado y me recreo en recorrer sus abarrotadas calles dirigiéndome hacia el centro neurálgico de la ciudad, la plaza Djemaa el Fna.
Hace mucho calor y aun no he comido así que me siento en un chiringuito a tomar un apetitoso bocata de pinchos morunos cocinados a la brasa delante de mi. Una coca cola. Lo devoro observando a los transeúntes. Me gustaría ser capaz de describir las sensaciones que provocan estas medinas. Lo intentaré en alguna entrada al blog.

Con la barriga llena la vida siempre es de otro color y me pongo a buscar hotel. Doy vueltas por los aledaños de la plaza y me paro en uno que parece bueno. Está limpio, no tengo que subir escaleras y los baños son correctos. Me quedo. 70Dh por noche. Gestión resuelta.

Me ducho y mientras lavo algo de ropa no paro de pensar que hacer. No me apetece mucho continuar, pero tampoco tengo un objetivo claro. Quizá el iniciar la vuelta a la península pedaleando. Quizá ir hacia el sur y pasar unos días en el desierto.....

Salgo a pasear. Es la cuarta vez que estoy en Marrakech y la verdad es que ha ido perdiendo encanto. Ahora está hasta el culo de turistas incluso hay locales y teterías en las que todo sus clientes son “cristianos”. El zoco y las tiendas de la medina próximas a la famosa plaza se han convertido en una especie de parque temático de las mil y una noches en donde se venden todo tipo de recuerdos, chilabas, babuchas, gorros, teteras... objetos solo destinados al turismo.
Supongo que es la consecuencia del “Marrakech Express”. Alguien me contó que consiste en coger un vuelo low-cost el sábado por la mañana, llegar aquí en una hora y media pasar el finde y volver después de comer el domingo.
¡Una hora y media! Yo he tardado mas de 40 días. Es asombroso lo que consigue la tecnología.
Después de una visita al ciber, me voy a tomar un té. Me encuentro a tres moteros españoles equipados hasta arriba para rodar por el desierto. Nos comentamos nuestros viajes. Ellos vuelven de Dakar. Dicen que en la frontera tuvieron problemas con el visado que llevaban desde España pero que pasaron bien, pero que el mayor problema fue el calor. Yo les comento que mi intención es pedalear hasta Dakar cruzando el Sahara y me miran flipando. Cortésmente me dicen que ya es muy tarde, que el desierto hay que cruzarlo en invierno.
-Fíjate que el Rally Paris-Dakar transcurre en plano Enero. Por algo será, ¿no?.- Intuyo que no me llaman loco por que apenas me conocen, pero es lo que piensan.
Mucha gente al enterarse de viaje me ha llamado loco. Pero siempre he sabido pasar de ellos. Sin embargo, estos tipos consiguieron que realmente pensara que continuar hacia el sur era una locura de las de inconsciente.
Fue la gota que lleno mi vaso de las dudas que tengo con respecto al plan a seguir. Ya no había duda. El sur descartado al 100%

Me voy a la cama. Mañana iré a enterarme de los horarios de autobuses y tomaré una decisión.
La idea de volver a casa cada vez coge mas fuerza. Ya llevo casi 2500 km desde Madrid. No son los 6000 previstos hasta Dakar, pero a mi me valen.

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