miércoles, 31 de marzo de 2010

Día 14 La Palma del Condado – Matalascañas



Teníamos puesto el despertador a las 8 para despertarnos y desayunar antes de que lleguen los dos equipos de fútbol que jugaran a las 9:30. 

Después de recoger y montar los trastos en el bici nos quedamos un rato viendo el partido. Son chavales y a alguno ya se les ven maneras de figuras del balón. 

Antes de partir nos pasamos por la plaza del pueblo. Ayer no me dió tiempo de hacer unas fotillos. Encima es domingo de ramos y presenciamos la entrada de los fieles con las palmas a la iglesia.





Directo a Bollullos Par del Condado. Desde aquí a Almonte la carretera es autovía  y nos metemos por la vía de servicio que está sin asfaltar. Lo tomamos como un entrenamiento para las pistas marroquí que nos esperan.
Llegamos a Almonte, vamos eufóricos. Estamos esperando el momento de ver el mar. Es un hito importante del viaje. Llegar a la costa desde casa con la bici. Es el momento en el que tomas conciencia de la distancia recorrida. 

Muchos coches se dirigen hacia la playa, aunque la carretera tiene un arcén generoso por el que vamos “enchufaos” a casi 30km/h mantenidos. Alguno dirá que no es tan rápido, pero con la aerodinámica que tiene la bici con las alforjas 30 es un velocidad vertiginosa. 

En unos kilómetros llegamos a El Rocío. A mi se me va la hoya y me meto por la primera entrada a la población que veo. Esta entrada nos conduce a la parte trasera del pueblo. No sabía que este pueblo no tiene ni una de sus calles asfaltadas, son todas de arena. No de tierra, si no arena, como la  playa. No entiendo el porque, supongo que es algo por tradición, pero la verdad es que es un coñazo recorrer el pueblo empujando la bici. Poco tardemos en descubrir que la carretera que recorríamos si tiene una entrada principal con la que te das de bruces con la famosa ermita a la que peregrinan cada años miles de personas atravesando el Parque Nacional de Doñana.



Pasamos un rato sorprendidos por el gentío que se ve en la inmediaciones de la ermita. Hay unos danzarines de Sudamérica homenajeando con su danza a la Virgen. Gente paseando en carretas, gente haciendo fotos. Conocimos a un cicloviajero alemán de unos 50 años que está pasando tres semanas de viaje con por la península.



Continuamos hacia Matalascañas hace calor, la carretera es plana y nos ponemos a todo tren hasta llegar a la población costera. 

¡¡Hemos llegado al mar desde Madrid!!

Nos sentamos en el paseo marítimo a contemplar el mar y a las gentes que deambulan, típicas de cualquier paseo marítimo de las costas españolas.

Rodamos un rato por el paseo. Llegamos a la entrada del Parque Nacional de Doñana. Hoy dormiremos en vivac para mañana al amanecer comenzar a recorrer los 34 km de playa que deja la bajamar entra Matalascañas y San Lucar de Barrameda.

El increible atardecer de Matalascañas:






Cenamos en un bar viendo el derbi Real Madrid-Atlético de Madrid. Es curiosa la importancia que le damos en Madrid a un acontecimiento como este y lo anecdótico que resulta cuando estás desconectado del día a día de la capital. 

Dormimos bajo un puente, al estilo vagabundo y mañana a Doñana.

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