miércoles, 31 de marzo de 2010

Día 15. Matalascañas – San Lucar de Barrameda.


La noche ha sido mala. No siempre vamos a triunfar. Hemos dormido bajo las escaleras de un acceso al paseo marítimo. Hacía un viento terrible que agitaba un toldo cercano con un fuerte ruido. 

Nos levantamos a las 7:30 desayunamos unos donuts con batido. Demasiado industrial para mi, pero es lo que tenemos.


Nos metemos en la playa. Raymon ya hizo esta misma ruta en su primer viaje en sentido contrario, y recuerda que al final tuvo que empujar la bici.


Reconozco que al principio pensé que seria imposible hacerlo, la bici va clavada en la arena y es imposible dar pedales, incluso empujarla es un calvario. Perdí un poco la calma, pero me dije. Tranquilo tío, en peores plazas has toreado, así que paciencia. Supongo que es una actitud que se aprende con lo años y los muchos malos ratos que he pasado en la bici y en otras actividades.




Avanzo a 4 km/h. Raymon va por delante unos 500 metros. Ha este ritmo tardaríamos 9 horas en hacer el recorrido, nos pillaría la marea alta. Con esa comida de hoya iba avanzando cuando recordé que las motos del Paris-Dakar apenas llevan aire en los neumáticos para “flotar” mejor sobre la arena de desierto. Desinfle las ruedas de la bici y... ¡Que diferencia!. Podía dar pedales en lugares donde las huellas de Raymon indicaban que el había pasado empujando. Cuando le alcanzo se lo comento. Ahora avanzamos a 10km/h. ¡Mucho mejor!.
La playa cada vez está mas dura y disfrutamos el momentazo. Esto ahora si que mola. La sensación de libertad es plena. A nuestra izquierda las dunas de Doñana y a nuestra derecha el mar. Lástima que el cielo se está cubriendo cada vez mas. Aves de varias especies que no se identificar, algún que otro jabalí son nuestra única compañía.
Cuando queda algo menos de la mitad viento que al principio era una inocente brisa se transforma en un castigador viento de frente que nos lleva clavados en el manillar sin mas escape que dar pedales como locos para poder avanzar.



Ya estamos llegando y vemos a lo lejos la barcaza que nos cruzará el Guadalquivir.
10 euros por barba nos cuesta el paso del río. Tres tipos tripulan la barcaza que espera en el medio del río. Cuando nos ven llegan a la orilla y nos recogen llevándonos a los dos y a nuestras monturas  al otro lado.
Al parece el indice de la marea es de 110, no se que significa exactamente, es algo referente a los metros que sube y baja. Este factor es uno de los responsables que la arena esté mas o menos compactada.

Llueve. Nada mas alcanzar la orilla gaditana comienza una ligera llovizna. 
Solo llevamos 35 km, pero la mala noche, la arena blanda, el condenado viento de frente y ahora la lluvia hace que decidamos que nos quedamos en San Lucar.
Comienza la gincana por la población para buscar habitación. Acabamos en casa de Rosario. Una amable señora que nos alquila una habitación mas que correcta en el centro del pueblo. Está en una casa preciosa con un patio andaluz llenos de macetas con geranios, una fuentecilla, muchos adornos. Cuando sea mayo me construiré uno igual.

Comemos en un bar recomendado por Rosario. Después de una reparadora siesta, vemos que la tarde se ha quedado preciosa y  nos vamos a dar una vuelta por el pueblo y ver la segunda puesta de sol sobre el mar del viaje.






Es lunes santo y esta noche saldrán procesiones. El ambiente, por tanto, es bullicioso. Observamos el gentío un rato y nos vamos a cenar al lugar donde comimos. 

Esta noche cama gigante. Dormiremos bien.

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3 comentarios:

  1. ENHORABUENA POR VUESTRA PRIMERA MINICONQUISTA. HOY EL MAR Y MAÑANA LA LUNA....

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  2. Qué fotos más preciosas.... Ánimo compañero!! Estás consiguiendo lo increible. Un abrazo. Vane.

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  3. No dejes de escribir!!! Vane.

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