domingo, 11 de abril de 2010

Día 28 Oued Laou – Chefchaouen


Día 28 Oued Laou – Chefchaouen
55km

He dormido bastante bien, aunque el sillón-cama deja bastante que desear. Menos mal que no tengo problemas para conciliar el sueño.

El día a amanecido con el mismo viento con el que anochecío. Hoy además esta cubierto de amenazadoras nubes negras. Que le vamos a hacer, es una contrariedad, pero habrá que adaptarse.
El itinerario de hoy transcurre hacia el oeste, así que quiza el viento de levante nos empuje.

Damos un paseo para ver donde desayunamos. Observando a los locales nos damos cuenta que ellos compran una especie de bizcocho con aceite o una versión marroqui de nuestros churros en una pequeña tienducha a pie de calle y se van con ello a la cafetería de la esquina donde se lo toman con un generoso café au lait.

Llueve un poco. Aun así recogemos los bártulos y nos ponemos en marcha hacia el mercado.
Me cuesta describir como es el mercado. Lo intentaré. Es una especie de caos en el que se agolpan cientos de comerciantes, algunos simplemente con una manta en el suelo otros con un puesto mas elaborado, formando un entramado de calles y pasos estrechos por donde cientos, casi miles de personas de todo tipo y condición deambulan observando los numerosos productos expuestos, animales vivos, comidas, fruta verduras, cacharros. Es como una medina portatil y si la medina ya resulta asombrosa el mercado es aun mas.
Nos metemos en el maremagnum empujando las bicis. Si ellos andan entre los puestos con burros cargados nosotros podremos pasar con las bicis.

Me fijo en un concurrido puesto de gallinas. Las aves están allí picoteando el grano en un improvidsado corralito hasta que un comprador la selecciona. Es entonces cuando el vendedor la coge y con un certero golpe de cuchillo la corta en el cuello, acto seguido la introduce cabeza abajo en una especie de cubo extrecho donde la gallina muere desangrada. Con las patas aun moviendose un ayudante la saca del cubo y la intriduce en un enorme caldero, supongo que con agua hirviendo o bien para desplumarla o limpiarla, no lo se. Así sucesivamente. Las otras gallinas siguen picoteando tranquilamente sin saber lo cercano de su final.
A priori puede parecer sanguinario y cruel. Para muchos urbanitas es un tabú. A ninguno nos gusta pensar como ha sido la muerte de la gallina o pollo que nos estamos comiendo cuando nos comemos un sandwich de pollo. Es mejor no pensarlo. Al ver el proceso con la crudeza que aquí describo hace pensar en que la ajetreada ciudad y sus canales de comercio y distribución hace que nos despreocupemos de estos asuntos hasta el punto en el que una vez le dijeron a un niño de ciudad que dibujara un pollo y lo dibujó asado.

El mercado es lo suficuentemente iteresante como para pasar todo el dia en él, pero tenemos un largo trecho de 50 km con subidas hasta Chefchaouen y debemos partir.

El aire nos da de culo. ¡Yupiiii!, pero la carretera tiene un tráfico tremendo fruto del mismo mercado. Furgonetas abarrotadas nos pasan rozando, es verdad que no demasiado rápido, pero la carretera es muy estrecha. Vamos avanzando poco a poco hasta que parece que la carretera se ensancha un poco y el tráfico se calma.
Llueve y nos ponemos los aperos de lluvia. Como siempre y según la “ley de Murphy” en cuanto te pones el chubasquero comienza la cuasta arriba y la transpiracion del esfuerzo hace que te empapes de sudor.
Poco a poco me voy distanciando de mis compis, me quito el chubasquero aunque llueva un poco. Parece que así mejor y al tran tran voy superando las duras rampas que me voy encontrando.
En un tramo muy duro, veo a los lejos un perro. Él me ve también y comienza a ladrar. Según me acerco son dos. Tu tranqui, dicen que si no muestras miedo no pasara nada. Tercer perro. Pongo un piñon mas por si toca esprintar. Cuarto perro. Buf!, esto es mas serio de lo que parecía. Todos ladrando como locos y mostrando sus dientes. Quinto. Joooder!!, estoy jodido. Esprinto, se acercan a mis tobillos, solo ladran. Yo voy a mil pulsaciones por el esprin cuesta arriba y por que voy acojonado. Guau!! Guau!! Guau!! En ese momento aparece de la cuneta un chaval armado con un pedrusco y amenaza a los perros que automaticamente se retiran. El chaval me pide disculpas con un gesto y yo solo alcanzo a decir.
-Argfff! argfff! Argfff! No problema.-
Ha sido un esfuerzo brutal, tarde casi 5 minutos en estabilizarme y poder respirar con normalidad. No se que habría pasado si no aparece el pastor. Pienso en mis compañeros que vienen detrás y le digo desde lejos que vienen mas ciclistas.

Las rampas son cada vez mas duras, yo voy algo calado, pero no tengo frio. Sigo mi camino disfrutando de las increibles vistas del valle. Podría ser Asturias.
La jornada se va sucediendo poco a poco, rampas increibles se suceden una tras otras, unas veces hacia arriba y otras hacia abajo.
Al pasar por una aldea se ponen a mi lado unos nenes que a cambio de empujarme piden un oro (Euro).  Al decirles que no hay nada los mamones se enganchan a mis alforjar y me frenan. Son la leche. Me pongo serio y me dejan en paz.
Paro un par de veces a esperar a Raymon y Elena, pero cuando llevo parado mas de 20 minutos la tiritona aparece y decido seguir solo hasta que llegue a algún lugar donde covijarme.

Disfruto mucho del trayecto. Por fin y tras 45 km desde Oued Laou llego al cruce con la carretera principal que nos acercará a Chefchaouen.

Me meto en un bar y me tomo una coca cola. Tengo un frio de pelotas, me abrigo con todo lo que tengo y espero durante algo mas de una hora a Raymon y Elena. La pobre viene fundida. Pero aun con la sonrisa.
Solo nos restan 10km, la mitad de subida para llegar a nuestro destino. Entramos en el pueblo totalmente de noche y en pleno partido Madrid – Barça. Aquí lo viven casi mas que en España.
Localizamos un hotel muy majo dentro la medina y nos vamos a cenar. Tenemos tanta hambre que nos tomamos cuatro platos para tres.
Junto a nosotros hay sentados unos madrileños que están unos días de viaje por Marruecos y con los que entablamos una entretenida conversación sobre nuestro viaje y nos contamos algunas anécdotas.

Mañana nos quedaremos en Chefchaouen de descanso. Es la cuarta vez que estoy en esta ciudad que para mi gusto es demasiado turística y en la que la picaresca para venderte hachis, pañuelos u obtener propina desvirtúa su extrema belleza.


1 comentario:

  1. Solo queria darte las gracias por compartir con todos nosotros la aventura en la que estais metidos. He descubierto hoy tu blog y te aseguro que sera de visita diaria para ver como os va por africa.

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