jueves, 15 de abril de 2010

Día 29 Chefchaouen


La habitación del hotel está muy bien y he dormido como un bebe. Nos levantamos tarde y nos vamos a desayunar a un sitio cercano, está decorado estilo mil y una noches y está mas enfocado a turistas mas convencionales que nosotros.


Me vuelvo al hotel para actualizar el diario. Paso la mañana tranquilo y relajado escribiendo y escuchando musiquilla. De vez en cuando de oye el canto del almuédano en el alminar, convocando a la oración. 

Raymon y Elena han estado dando un paseo por la medina. Hemos quedado por la tarde para buscar un buen sitio de cenar.

Visito el cibercafé cercano para actualizar el blog y mientras espero a mis compis me siento en la tetería mas “cutre” que encuentro y me tomo un té de menta observando a los numerosos transeúntes.

Ya los tres otra vez nos vamos a cenar a un local fuera de la medina lleno de marroquíes y nos ponemos las botas de kuskus, tayines y sopa marroquí.  Esta todo muy rico. Esta gente sabe cenar.

Si os digo la verdad, esta ciudad me cae un poco mal. Las tres anteriores veces en las que he estado me ha pasado lo mismo. Es muy bonita. Su medina esta pintada en azul claro y las callejuelas empinadas le dan un aire muy exótico. Pero tengo la misma sensación que tuve en Venecia. Está todo tan enfocado al turismo que es mas un parque temático que una ciudad “real” en la que la gente hace sus cosas. Quizá es una apreciación exagerada, pero es la que he tenido durante el día que he pasado aquí.

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