sábado, 24 de abril de 2010

Día 37 Khenifra – Kasba Tadla

Día 37 Khenifra – Kasba Tadla

Me despierto sin prisa y recojo tranquilamente. Salgo con los bártulos y me voy a desayunar a una pastelería que vi anoche con muy buena pinta. Solo hay mujeres. Me miran extrañadas. Hasta tal punto que dudo si será un local solo para féminas. 

He decidido que voy a tirar por la carretera principal hacia Kasba Tadla. En la guía y en el mapa figuran como carretera bonita. Resulta tener mucha vida. Infinidad de personas en sus margenes se desplazan de acá para allá en sus burros, sus bicicletas, sus carromatos. 
Llevo el teleobjetivo "enchufao" a la cámara y me entretengo en hacer fotos. Algo que no había hecho bien desde que salimos de Madrid. En ocasiones espero varios minutos hasta que un motivo se coloca en el punto que quiero para disparar y esa espera acompañado es mas difícil.

A pesar de que hace calor y de que la carretera es un continuo sube y baja, disfruto un montón. Una parada a la sombra para tomar una coca cola y afronto la ligera subida que una vez superada el resto del recorrido será de bajada. 
Todo el tiempo se ven a lo lejos gente cultivando y trabajando la tierra. A mi izquierda, en un segundo plano tengo las montañas del atlas que poco a poco voy bajando y a mi derecha, se empiezan a abrir enormes extensiones de campos que al principio son lomas y lomas y después se convierte en una llanura infinita del estilo a la Mancha española, pero de regadío.

Llego a Ech Cheikh un pueblecito muy concurrido y donde me tomo mi segundo refrigerio del día un té. Se sienta a mi lado una especie de Dani deVito al estilo marroquí que me cuenta como es la carretera hasta Beni Mellal. Da muchas voces y confunde el idioma español con italiano, imaginad el caos.

Me quedan los 30 km en bajada y llanos para llegar a Kasba Tadla.
Me sorprendo que después de 70 km pueda mantener en el llano una velocidad de 28, 30 km/h sin fatigarme ni notar síntomas de sobre esfuerzo. Ya casi llevo 2000 km y se nota en el estado de forma.

En Kasba Tadla no hay mucho donde elegir. Hoteles caros y un par de tugurios. Me meto en el mejor de los tugurios.  El hotel Allies. Es un hotel cochambroso sin duchas ni baños europeos, pero es que el otro era aun peor.

La cena si me sale bien. Ceno una especia de albóndigas de cordero muy especiadas, 
patatas fritas, ensalada y arroz con mucho pan. 

Me vuelvo al hotel a descansar. Ha sido mi primer día completo solo por el momento muy positivo. Sigo con las dudas de hacia donde tirar. Ideas de las mas variadas surgen en mi cabeza y la verdad es que salvo el llegar a Marrakech el resto es incógnita.

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